Nostalgia, amistad y dinamarca

Buenas gente, como andan?

Me tomé unos días para un nuevo post, algo asi como 2000 dias (posta!).

No se si habrá alguien del otro lado leyendo y tampoco sé si es correcto empezar un post en 2023 de esta manera pero aqui estamos dandole al teclado despues de tanto tiempo. No voy a ahondar mucho en por qué abandoné esta linda práctica de escribir ya que todos nos imaginamos lo que significa tomarse el tiempo a pensar, escribir, editar, publicar algo que lo va a leer algun pariente lejano con suerte.

Tampoco es que me gustaba tanto.

Tampoco es que era bueno escribiendo.

Lo que sí voy a decir es que sentí la necesidad de explayarme en algo más que una publicacion de Instagram para agradecer a mi gran amiga viajera Florentina que desde una inmensa calidad narrativa, me dejó inmortalizado nombró en su libro de viajes al incluir parte de nuestra historia viajera que comenzó allá por 2017 en la ciudad de Copenhague.

Del dicho al hecho

Flor es una chica tandilense que empezó sus viajes desde muy chiquita en su ciudad natal de Tandil, provincia de Buenos Aires. Ávida lectora y con mucha «curiosidad de mundo» le dio rienda suelta a sus viajes apenas terminó la universidad.

Nuestros viajes se cruzaron masomenos al mismo tiempo que desistí que el nomadismo digital o la fotografia (o lo que sea relacionado a esto) me iba a dar de comer. Estaba en Dinamarca recién llegado de Nueva Zelanda (viajecito por Europa en el medio tambien…) y no tenia una corona danesa para gastar.

Allí estaba ella dandome una mano.

Era la primera vez que nos veiamos cara a cara sin embargo ya teniamos esa conexión viajera que uno percibe cuando viene en el «rubro» hace un tiempito.

El contacto con Flor había llegado a través de otra amiga en común que había trabajado en la «corpo» conmigo y que la había llenado de halagos. La verdad, no le erró en ninguno de los buenos comentarios.

Despues de esos primeros dias de incertidumbre en Copenhague donde nos contamos cómo llegamos a coincidir en Dinamarca (charlas de varias horas incluyendo las historias de amor y desamor), me di cuenta que Flor se iba a convertir una gran amiga. Lo único no tan bueno, es que percibía que ella no estaba al 100%, algo que me preocupaba un poco.

Dinamarca

La experiencia en Dinamarca puedo resumirla como breve, vertiginosa y satisfactoria. Tal vez algun dia me extienda un poco más en describir lo que es vivir solo un verano en el país del norte, por ahora lo dejamos en eso (y en este post donde menciono a Flor). Trabajar mucho, dormir 4 horas todos los días, conocer poco y planificar el próximo paso. Eso fue todo. La parte satisfactoria fue la sorpresa de conocer un país tan lindo arquitectonicamente hablando, tan ordenado y con gente tan amable. No puedo decir más, justamente por lo poco que estuve.

Ahora, según aprendí más tarde, para tener una experiencia «positiva»* en Dinamarca hay que llegar fuerte emocionalmente y mantenerse. En ese caso, Flor no estaba «cumpliendo» con mi teoría y se le había hecho cuesta arriba los primeros días. Ahí es cuando intenté ayudarla y darle ánimos mientras nuestra relación se afianzaba. Luego ella explicó con mas detalle todo su proceso en el libro que lanzó hace unos pocos meses, contando con las palabas justas que no todo es color de rosa. (por favor contactenla para leer su libro, 1er aviso https://www.instagram.com/florentina.alvarez/ )

Luego podría decirse que el que se vino abajó animicamente fui yo y decidí irme antes de que empiece el crudo invierno. En realidad, se venia el casamiento de mi amigo Marcos y me cayó como anillo al dedo para cortar con la aventura danesa. Aplauso, medalla y beso para Dinamarca.

Finalmente Flor se quedó a pelearla en el frío y oscuro invierno, llevandose varias anecdotas interesantes para su libro (y para la vida!). En mi caso no me quedaron ni fotos de esa epoca, si es que habían se perdieron en algun traspaso digital.

Reencuentros

Como el mundo es un pañuelo y además no es extraño que los caminos de unos viajeros se vuelvan a unir, con Florentina volvimos a encontrarnos en Italia, esta vez con el objetivo de la ciudadanía italiana. Un periodo con muuuuchos matices y que también la autora de «Piano Piano, Si Va Lontano» lo cuenta muy bien en su libro (2do aviso – leer su libro https://www.instagram.com/florentina.alvarez/ ). No se pueden perder esas vivencias.

Mas tarde nos volveríamos a cruzar. Esta vez en Sydney, transitando otra Visa de Vacaciones y Trabajo donde yo iba a cumplir con la labor de bienvenida australiana a mi amiga viajera.*2

Por supuesto que no ibamos a romper la tradicion de vernos unas semanas y luego adios. Tal vez sea un método para que nuestra amistad perdure, no lo sé. Pero lo que sí sé es que a la vuelta de un paso fugaz por Argentina, Flor se disfrazó de cupido para que su roommate y yo seamos pareja hasta el dia de hoy.

Y así es como termina el post nostálgico del dia de la fecha.

Palabras finales

Gracias Flor por hacerme despertar emociones al leer tu libro, revivir tantos momentos increibles y enriquecedores de estos años de viajes, sé que estoy en deuda con vos. Especialmente con respecto a visitarte a Tandil y corroborar que es uno de los lugares más lindos para vivir.

* Lo pongo entre comillas en realidad porque siempre se sacan cosas positivas de todas las experiencias.

*2 Encuentro «fortuito» en el aeropuerto de Sydney: https://youtube.com/shorts/99Fav6Xts-I?feature=share

PD: ah, claro que hubo reencuentro despues de Australia y post pandemia, también fugaz. Solamente que esta vez no fue con la Flor viajera sino con «La reina de las tutucas».

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